sábado, mayo 11, 2024

“Enviado a un ermitaño taoísta”, de Wei Ying-Wu





Es de madrugada cuando, tiritando,

me siento en mi estudio.

De súbito, pienso en el ermitaño

allende los montes;

Lo imagino juntando leña

en los hondos barrancos,

junto a algún río del cerro

Regresando luego a su choza

para cocinar en su fogón de piedra.

Pienso que sería un placer

llevarle una calabaza de vino

Para alimentarlo en este día

húmedo y ventoso;

Pero las hojas caídas cubrirán sin duda,

las faldas del cerro.

¿Cómo haría para hallar la senda?

 

 

 

en Poetas chinos de la dinastía T’ang, 1977

 




















viernes, mayo 10, 2024

«La casa», de Yusuf Abd al-Aziz

Versión de Juan Carlos Villavicencio




Los labios y trenzas de esa mujer
irradiaban luz cuando por casualidad la conocí.
Ella arrancó una flor de mis costillas
y voló hasta la fuente
donde construyó su casa con su resplandeciente seda.
Cuando la besé,
corrió como una gacela
brillando a través del campo abierto de Dios.
Le dije: «¿Quién eres, yegua del agua?»
y ella dijo: «Soy reina».
Cuando la abracé
ella me envolvió con sus olas
y encendió las estrellas de mi espíritu.
Le dije: «¿Quién eres, flor de terciopelo?».
Ella dijo: «Soy las plumas del ruiseñor,
la leche de los besos».
Cuando le di mi más dulce abrazo
y realicé mi oración ritual,
ella irrumpió a través de mí, de cada célula y vena
y erigió sobre mi cadáver
una casa que existirá toda la vida.


















jueves, mayo 09, 2024

«Si pregunto a los hombres...», de Chantal Maillard





Si pregunto a los hombres

qué es aquel cuerpo inmenso

que vibra al otro lado de los bosques,

me contestan: «el mar».

Si te pregunto qué es el mar,

me dices:

«un animal de lluvia que sin tregua recorre

la distancia infinita que de sí mismo le separa».

Quieres ponerme a prueba, pretendes confundirme.

Sé que aquel cuerpo inmenso

eres tú

cuando sales del bosque

y arrojas tu saliva sobre el mundo.

 

 

 

en Hainuwele y otros poemas, 2009

 




















miércoles, mayo 08, 2024

«Las últimas palabras», de Hanan Awwad

Versión de Juan Carlos Villavicencio




Envuélvanme oh Jardines de Al-Aqsa

Llévenme con ustedes, oh días rebeldes de mártires fragantes
Con los heridos y los luchadores por la libertad,
Llévenme con ustedes, oh hermosos días rebeldes con el perfume 
          de la gloria
Y el aroma de los inmortales,
Llévenme con ustedes oh días rebeldes ascendiendo alto
Como la petición de rezar en Palestina,
Llévenme con ustedes oh días rebeldes cuando el rocío se desborda
La mañana de los hijos de la conciencia
Los hombres del día anterior facilitan sus almas a la gran fiesta
Como regalo a una patria a la que sus caballeros son llevados 
          a celebrar su nupcias y volver
Llévenme y limpien el dolor de mi frente
Sepulten mis desvelos, borren mis preocupaciones, devuélvanme 
          mi encanto
Y desplieguen mi espíritu con el aura de Jasmine
Me uno a ustedes, en cada momento,
Oh unidad del alma en las patrias dibujadas por la lucha de los rebeldes
Oh sendero de ascendientes amantes apartados de la guerra 
Hay un límite para la vida
Oh amantes en el sendero hacia Dios despidiéndose
De los tronos del mundo, de sus delicias, de sus jardines enfilando 
Un viaje hacia la lucha, lanzando piedras desafiantes 
A los que se interpusieron en el camino de la luz
Por favor se los ruego justos Mahomas en las alturas
Y también en el mundo humilde, no hagan que la caravana dé media vuelta
          si busca refugio de
Toda la decadencia que hay en ti. 
 
Llévenme con ustedes, oh días
Llévenme con ustedes, oh glorias
Reconocí tus apariciones antes de que surgieran,
Por ellas me moví antes de que estallaran las olas del amor de Dios, 
          unificadas en Dios
Para la patria sublime, te acercas al tiempo del viaje
A cruzar el tiempo, heraldos del despertar, los llamados al martirio 
          y los peligros del Orgullo
Te acercas con calidez como una promesa convirtiéndose
En el amanecer de nuestra ciudad, te acercas
Al calor de nuestra revolución que estalla en llamas
No hay migración sino de ti hacia ti
No hay reducción sino de tu tiempo de prisa ya que 
La promesa está cerca de cumplirse.
No hay salida sino tomar distancia de ti
No hay destierro sino al navegar en tus ojos














martes, mayo 07, 2024

“Para leer en forma interrogativa”, de Julio Cortázar





Has visto

verdaderamente has visto

la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa

Has tocado

de verdad has tocado

el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amas

Has vivido

como un golpe en la frente

el instante el jadeo la caída la fuga

Has sabido

con cada poro de la piel sabido

que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón

había que tirarlos

había que llorarlos

había que inventarlos otra vez.

 

 

 

en Salvo el crepúsculo, 1984





















lunes, mayo 06, 2024

«Pan de cada día», de Hind Shoufani

Versión de Juan Carlos Villavicencio




pensé en escribir un poema obsceno
uno sobre culear y chupar
y de labios haciendo pucheros
lamiendo
colillas de cigarrillos dejadas en ceniceros que fluyen
sobre la gravilla que se nos clavó en los dientes
pulverizando pantallas de televisión que
se agrandan año tras año para devorarnos
con todo el porno que ya nos es sagrado 

pensé en escribir sobre las duras
palabras que desestimamos
las amargas palabras
que pronunciamos
las elementales quejas diarias
que murmuramos
y de las que pensé quitar todo esplendor
para desnudar mis más brutales pensamientos 

pensé en describir recipientes de comida rápida tras nuestra noche 
          de insomnio
pensé en mostrarte los moretones que acumulé en la mañana inquieta

pensé en escribir sobre bombas
y extremidades sangrando
y cuencas de ojos arrancados
y naciones enteras masacradas

pensé en escribir palabras que no rimen
que no fluyan
palabras que apesten a escoria
palabras sobre lo que nos hemos convertido
ustedes, esclavizados por sus vergas
nosotros, esclavizados por la historia
por los malditos controles fronterizos del ejército
y las calles con alambre de púas
los bloques de ametralladoras
estudiantes árabes abandonando el arte por piedras
quemando neumáticos para inhalar la muerte negra
como si fueran tus ojos

pensé en escribir un poema obsceno
como tu corazón

como muchos otros que puedo nombrar
como los que gobiernan esta jungla
a la que llamamos hogar
mi aliento para ellos el dinero que se prostituye
mi sonrisa un mero juego

pensé en escribir sobre el odio
y los niños que mueren mientras hablamos
pensé
y pensé
pensé durante todo el violento día

no hay nada que decir

tus pestañas se curvan largas sobre tu mejilla
tú duermes
hay silencio
y yo te amo.














domingo, mayo 05, 2024

“Marea”, de Jorge González Bastías





Sube desde el mar la marea

en un ondear de montaña.

Y es una montaña sin forma

que sobre las sierras avanza.

Se ennegrecen sierras y valles.

El sol se toma en luna pálida.

El río turbulento llega. . .

Sobre él camina la montaña!

 

 

 

en Del venero nativo, 1940





















sábado, mayo 04, 2024

«El canto de la Montaña de las Nubes», de Chin Liang

Versión de Juan Carlos Villavicencio




I

La gente puede hablar de una escalera al cielo.
Diez millones de peldaños, y cada uno de ellos es una ilusión…
Mejor está el viejo
sentado en el acantilado,
una brisa clara, la luna brillante,
y su corazón,
también.


II

La cima de la Montaña de las Nubes
y las nubes blancas, a la misma altitud.
Sube a la cima y entonces sabrás
lo bajo que es el mundo.
Hierbas extrañas, raras
flores que la gente no reconocería,
y un manantial que corre hacia abajo
en nueve corrientes separadas.














viernes, mayo 03, 2024

“Getsemaní”, de Rudyard Kipling





El huerto llamado Getsemaní

Estaba en Picardía,

Y ahí la gente venía a ver

Pasar a los soldados ingleses.

Solíamos pasar -solíamos pasar-

O, como debía ser, hacíamos un alto.

Y llevábamos nuestras máscaras de gas

Más allá de Getsemaní.

 

En el huerto llamado Getsemaní

Había una muchacha bonita,

Pero siempre que me hablaba

Yo rezaba para que mi cáliz pasara.

El oficial, sentado en la silla,

La tropa, tumbada en la hierba,

Y todo el tiempo que ahí nos deteníamos

Yo rezaba para que mi cáliz pasara.

 

No pasó -no pasó-

No pasó de mí.

Lo bebí cuando encontramos el gas

¡Más allá de Getsemaní!

 

 

 

en The Years Between, 1919

Traducción de Aciro Luménics

 

 

 

Gethsemane

The Garden called Gethsemane / In Picardy it was, And there the people came to see / The English soldiers pass. / We used to pass—we used to pass / Or halt, as it might be, / And ship our masks in case of gas / Beyond Gethsemane. // The Garden called Gethsemane, / It held a pretty lass, / But all the time she talked to me / I prayed my cup might pass. / The officer sat on the chair, / The men lay on the grass, / And all the time we halted there / I prayed my cup might pass. // It didn’t pass—it didn’t pass- / It didn’t pass from me. / I drank it when we met the gas / Beyond Gethsemane!

 

 



















jueves, mayo 02, 2024

«En memoria de mí mismo», de Paul Auster

Traducción de Juan Carlos Villavicencio



(1947-2024)


Simplemente haber parado. 

Como si pudiera empezar
donde mi voz se detuvo, yo mismo
soy el sonido de una palabra

que no puedo pronunciar.

Tanto silencio
para ser traído a la vida
en esta carne ensimismada, el tambor
que golpea las palabras
en mi interior, tantas palabras 

perdidas en el amplio mundo
dentro de mí, y por lo tanto haber sabido
que a pesar de mí mismo

estoy aquí.

Como si este fuera el mundo.




en Facing the Music, 1978-1979










In Memory of Myself

Simply to have stopped. // As if I could begin / where my voice has stopped, myself / the sound of a word // I cannot speak. // So much silence / to be brought to life / in this pensive flesh, the beating / drum of words / within, so many words // lost in the wide world / within me, and thereby to have known / that in spite of myself // I am here. // As if this were the world.








miércoles, mayo 01, 2024

“Palabras de un obrero a un médico”, de Bertold Brecht





¡Nosotros sabemos lo que nos enferma!

Cuando nos sentimos mal nos enteramos

que eres tú el que nos va a curar.

 

Durante diez años, nos dicen,

en hermosas escuelas

construidas con dinero del pueblo,

aprendiste a curar, y tu ciencia

te ha costado una fortuna.

Tienes que saber curar.

 

¿Sabes curar?

 

En tu consultorio

nos arrancan los harapos

y tu aplicas el oído a nuestros cuerpos desnudos.

Una mirada a los harapos te informaría mejor

sobre la causa de nuestra enfermedad. La misma causa

desgasta nuestros cuerpos y nuestras ropas.

 

Dices que el dolor en el hombro

proviene de la humedad, de la que

también proviene la mancha que hay en la pared 

         de nuestra casa.

Dinos entonces:

¿de dónde proviene la humedad?

 

Exceso de trabajo y falta de comida

nos hacen flacos y débiles.

Tu receta dice:

“Tiene que aumentar de peso.”

Es como decirle al junco

que no debe mojarse.

 

¿Cuánto tiempo nos dedicas?

Es evidente: la alfombra de tu casa

cuesta tanto como cinco mil consultas.

 

Probablemente dirás que eres inocente.

La mancha de humedad en la pared de nuestra casa

dice lo mismo.

 

 

 

en 80 canciones y poemas, 1999





















martes, abril 30, 2024

«Gaza», de Farah Chamma

Versión de Juan Carlos Villavicencio




Arrástrense buscando sangre, arrástrense, bastardos
  Hambrientos por cuerpos de niños inocentes y huyan
  Entre telarañas de caos ustedes destrozan el mundo
«¡Sionistas somos, todos tan poderosos, todos tan libres!».
   Pero otra vez la injusticia de la guerra me obliga

        A hablar con ira y ser completamente…
        Lo siento, queridos poetas, si la dureza viene con las palabras
        Pero las noticias no me dan ninguna alegría, ni regocijo
        Porque el pueblo de Palestina ahora está siendo torturado
        Y todo lo que puedo hacer es ver a Gaza convertirse en escombros














lunes, abril 29, 2024

“Alicia se multiplica”, de Gustavo Barrera





La multiplicidad de momentos de una cosa

es lo que hace que no trasparezca su verdadero ser,

y justifica la pregunta de cuáles son sus principios verdaderos.

Xavier Zubiri

 

 

Alicia entra en su habitación

se tiende sobre la cama

y observa la vela sobre la mesa de noche

 

tras la luz de la vela existe una luz más oscura

 

Bajo la habitación

una segunda Alicia entra en su habitación

se tiende sobre la cama

y observa la vela sobre la mesa de noche

 

tras la luz de la vela existe una luz más oscura

 

Bajo la cama una tercera Alicia

observa la vela sobre la mesa de noche

 

tras la luz de la vela existe una luz más oscura

 

Dios observa la situación seccionada

desde fuera de la casa

 

observa simultáneamente todas las habitaciones

idénticas una sobre otra

 

Detrás de Dios

un segundo Dios observa

a través de la transparencia del primero

 

los ojos de Alicia

 

sobre la vela sobre la mesa de noche

 

el segundo Dios

no cree lo que está viendo

y vuelve su mirada hacia un tercer Dios

 

ubicado tras de él

 

El tercer Dios observa

a través de la transparencia del segundo y el primero

 

los ojos de Alicia

 

sobre la vela sobre la mesa de noche

 

 

 

en Adornos en el espacio vacío, 2002





















domingo, abril 28, 2024

«No me iré», de Dareen Tatour

Versión de Juan Carlos Villavicencio





Firmaron en mi nombre
Y me convirtieron en
Un expediente, olvidada
Como la colilla de un cigarrillo.
La nostalgia me destrozó
Y en mi propio país terminé
Siendo una inmigrante.
Abandoné esos lápices
Para llorar las penas
De toda tinta
Abandonaron mi sueño y mi causa
En las puertas del cementerio
Y esa persona que está esperando
Lamenta su suerte
Mientras la vida pasa.
Asédienme,
Mátenme, háganme volar en pedazos,
Asesínenme, encarcélenme.
Cuando se trata de mi país,
No hay marcha atrás.












    

sábado, abril 27, 2024

“Embriaguez y hojas otoñales”, de Po Chü-I





El viento está en la copa de los árboles otoñales,

El viejo está ante el vino.

Ebrio, su rostro se parece a las hojas

            que el otoño ha derrumbado.

¡Qué lejos el color de su primavera!

 

 

 

en Poesía china, 1960

Traducción de Rafael Alberti y María Teresa León